Generalmente
la violencia casi se reduce en los registros
Cotidianos
a los episodios sangrientos, explosivos y letales.
Como
si la vida solo se alterara con su liquidación y no con una
Inmensa
variedad de formas de entorpecerla, hacerla menos
Feliz,
placentera y productiva. Saúl Franco
Miguel Lorente Acosta expone,
refiriéndose a la violencia de género que “Debe
visibilizarse el núcleo del problema y no ocultarlo. Y ese núcleo no es otro
que la estructura sociocultural androcéntrica que asigna diferentes roles a
hombres y mujeres, y sitúa a éstas en una posición de subordinación respecto de
aquellos. Así debemos denominar a este tipo de violencia ‘agresión a la mujer’
o ‘violencia sobre la mujer[1]’
Sostiene Lorente, que la
agresión a la mujer, por ser estructural y parte del orden social del
patriarcado, se debe abordar teniendo en cuenta sus especificidades. Sabiendo
que dicha agresión a la mujer tiene características diferenciales respecto de
otro tipo de agresiones.
Es
necesario abordar, hablar de la problemática de violencia de género, muchas
personas, especialmente mujeres solo atribuyen a violencia de Género la
violencia física, los golpes; sobre todo aquellos que son visibles. Se desconoce porque se calla, se omite, se
justifica, se esconde, no se combate, aunque ya no es una situación de corte
privada, no se aborda como una problemática eminentemente pública.
En la
Ley 24-97 se presenta la siguiente definición de violencia de género:
“Toda acción o conducta, pública o privada en razón
de su género que causa daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la
mujer, mediante el empleo de fuerza física o violencia psicológica, sexual,
intimidación o persecución[2]”.

Velázquez,
Susana, presenta el concepto de violencia de género como: “todos los actos
mediante los cuales se discrimina, ignora, somete y subordina a las mujeres en
los diferentes aspectos de su existencia. Es todo ataque material y simbólico
que afecta su libertad, dignidad, seguridad, intimidad e integridad moral y / o
física[4].
La
violencia sexista, machista, de género o contra las mujeres recibe muchos
nombres y tiene diversos matices, cualquiera de estos puede considerarse como
una verdadera pandemia. No afecta solo a pobres, analfabetas, no solo las
mujeres dominicanas, ni solo a calladas sumisas. Cualquier mujer es o puede
convertirse, o sido objeto de violencia en mayor o menor grado.
La violencia de género ha
sido muy bien definida, conceptualizada y abordada por diferentes disciplinas y
personalidades. El abordaje se ha quedado a mí entender en una primera fase, identificación
y definición de la problemática, también una segunda de colocar la problemática
en las políticas, convenios y acuerdos. Si bien es verdad que somos
asignatarios en diferentes convenciones[5],
en mucho de los casos se queda en buenos manuales muy bien editados, pero no
llega a la raíz de la problemática.
¿Dónde está la raíz de la
problemática?
La raíz del problema está en
la construcción social. Socialmente están dadas las condiciones y las
infraestructuras necesarias para que el hombre sea el más fuerte, obtenga mejor
preparación escolar, empleos mejor remunerados, mayor privilegios sexuales,
mayor conocimiento del medio social ene l cual se desarrolla su quehacer
cotidiano y por lo tanto mayor control y poder social.[6]
La desigualdad entre géneros
es resultado directo de la estructura que sostiene nuestro sistema social
basado en la infravaloración de los atributos, roles, y responsabilidades
considerados como femeninos y la subordinación de la mujer.
Por otro lado los roles
femeninos impuestos socialmente son los de esposa-madre-objeto sexual y
trabajadora, responsable de mantener el buen funcionamiento familiar,
sacrificarse por sus hijos e hijas, proporcionarle placer sexual al marido. De
esta manera se espera que construya su identidad y encuentre su ubicación
social[7].
La
violencia y la discriminación contra la mujer son favorecidas por la tolerancia
social. Una sociedad que en el discurso castiga estas expresiones pero que en
la realidad se muestra indiferente, valida, mantiene y reproduce situaciones de
violencia que favorece la inequidad de género en el espacio público y privado.
La
violencia hacia la mujer, que generalmente se da en el ámbito de las relaciones
conyugales o de pareja, se sustenta en un conjunto de concepciones y modelos de
ser hombre y de ser mujer que se denominan comúnmente «machismo». El varón se
configura como padre, autoridad en el hogar, trabajador, proveedor, con dominio
en lo público. Las mujeres se construyen socialmente centradas en la
maternidad, protegidas por los varones, dedicadas al hogar y a la crianza y con
dominio en lo privado [8]
La violencia constituye una forma
coercitiva de ejercer el poder se utiliza. Se utiliza para obligar a la persona
a hacer algo que no desea hacer. En nuestra sociedad, la violencia contra la
mujer, sin lugar a duda, una de las formas de subordinación al hombre[9]

La mayor parte de esta violencia
se soporta en silencio y se legitima en leyes y costumbres y se justifica como
tradición.
La violencia de género se invisibilidad cuando:
-
No se registran adecuadamente
-
Cuando no se reconoce como un problema social
-
Cuando no se denuncia
-
Cuando solo se reconoce algunas de sus manifestaciones
-
Cuando se reduce a un problema privado e individual
-
Cuando se naturaliza y por tanto no nos asombra
La invisibilizamos cuando nos hacemos indiferentes a cifras como estas:
-
En Rep. Dom. 2,074 mujeres han sido asesinadas entre los años 2005 y
2015; estas cifras entre feminicidios y homicidios según datos de la fiscalía.[10]
-
54 de cada 100 mujeres están desempleadas, frente a la 32 de cada 100
hombres[11]
-
Las mujeres ganan el 21% menos que los hombres por realizar el mismo
trabajo.[12]
-
Las mujeres aun teniendo estudios universitarios (11%) tienen más
requisitos para ser contratadas que sus pares varones (4%) y sus sueldos son
menores[13]
La insensibilidad y l
tolerancia contribuyen una actitud fatal: la pasividad. No hacemos casi nada
para enfrentar la violencia, ya que nos desligamos del problema, y no caemos en
la cuenta de que todos somos responsables de ella. Es necesaria una masiva e
intensa reacción hacia la violencia.
Frente a las múltiples
consecuencia de la violencia de género, el estado, como la principal instancia
política de ejercicio de poder, de regulación de las actividades públicas y
privadas, de distribuir los recursos, promulgación y aplicación de normas y leyes,
tiene la obligatoriedad de poner en marcha políticas, planes de acción y
recursos en pro de erradicar la discriminación y violencia de género. [14]
Incursionar en las raíces de
la violencia de género, nos enfrenta a la esencia misma de la cultura, aquella
que reviste de normalidad la cotidianidad por las que transmitan las relaciones
familiares y sociales e invisibiliza la impotencia de miles de mujeres,
asignadas por la crueldad de violencia masculina.
La epidemia hay que combatirla,
y no con medicamentos genéricos, que no contrarrestan el origen de la
enfermedad, sino más bien con métodos orgánicos, eficaces.
Es preciso…
-
Una política educativa que incluya la facilitación de modelos de
conductas no agresivos, el entrenamiento en la resolución de conflictos por
medios no violentos y el estímulo hacia las actitudes respetuosas de los
sentimientos, el cuerpo y los derechos tanto los propios como los ajenos.
-
La construcción de una conciencia social, frente a la violencia lo cual
requiere procesar y superar preconceptos y actitudes, tales como la
normalización y la privatización de la violencia. Superar esto implica
demostrar que el problema puede modificarse y reducirse.
-
Es urgente salir de la indignación individual frente a la violencia,
percibir también sus dimensiones colectivas.
Las grandes transformaciones
solo ocurren cuando nos hacemos cargo, cuando tomamos la iniciativa de aportar
para la transformación.
¡Detener la violencia es tarea y responsabilidad de
todas y todos!
[1] Miguel Lorente Acosta, «Mi marido me
pega lo normal». Agresión a la mujer: realidades y mitos. Barcelona, Editorial
Crítica, 2001
[2] Ley 24-97, que tipifica y sanciona la
violencia contra las mujeres y la violencia intrafamiliar
[4]
Velázquez, Santana, 2003, citado en Violencia contra la mujer perpetrada por la
pareja o ex pareja en la República Dominicana: situación actual y estado de la
información. UNFPA y ONE.
[5] Belem do
Pará,
[6]
Fernández, Casalis, Concepción. Mujer infraestructura de la Locura y el
Silencio.
[7] Gisela Quiterio Benitez. Violencia contra la
Mujer, a través de miradas múltiples
[8] Salinas y Carvajal, 2006)
[9] Icaria,
Akanuecia, El rostro de la violencia, más allá del dolor de las mujeres.
[10] Informe
especial de violencia, periódico Hoy.
[11] Enc. Nac.
De Fuerza de Trabajo, 2014; PNUD, 2015
[12] PNUD,
2015
[13] PNUD,
2015
[14] Del encubrimiento a la impunidad, diagnóstico
sobre violencia de género, Guadalupe León , 1995
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